Ann Eldridge

ann eldridgeMiembro del Consejo de Administración, de 1970 a 2018
Fundadora, NAMI Santa Barbara Chapter

Ann comenzó su compromiso a largo plazo con el cuidado de la salud mental de los demás en Northhampton, el Hospital Mental Estatal de Massachusetts, de camino a convertirse en enfermera titulada en el New England Deaconness Hospital de Boston. Fue en una época, los años 50, en la que se pensaba que las enfermedades mentales graves estaban causadas por problemas en el entorno familiar y se culpaba especialmente a las madres. Esta idea seguía predominando en la profesión de la salud mental cuando a su hijo le diagnosticaron esquizofrenia a los 17 años, en 1977. Por aquel entonces Ann y su familia residían en Santa Bárbara y ese fue el comienzo de su viaje en defensa de la salud mental familiar. Descubrió que las familias de Santa Bárbara tenían pocos recursos de información o tratamiento, aparte de la Asociación de Salud Mental de Santa Bárbara (como se conocía entonces). La directora de la Asociación de Salud Mental, Nancy Johnson, animó a Ann y a otras familias locales a formar grupos de apoyo. Además, Nancy reclutó a Ann como miembro de la junta de la Asociación de Salud Mental.

Durante los siguientes 10 años aproximadamente, la Asociación de Salud Mental facilitó y apoyó los esfuerzos organizativos de las familias locales y dedicó un espacio para el grupo. La Asociación de Salud Mental fue uno de los pocos organismos de salud mental que desarrolló una relación con NAMI; las dos organizaciones no suelen trabajar de forma tan colaborativa y esta asociación en Santa Bárbara fue única y eficaz. Ann y John Van Aken (también miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Salud Mental) trabajaron incansablemente para promover y crear una filial de NAMI California en el sur del condado de Santa Bárbara. John y Ann hicieron muchos viajes a Sacramento en sus esfuerzos por promover legislación para financiar servicios de salud mental en todo el estado. En 1982, NAMI California reconoció y formalizó su relación con la filial de NAMI del sur de Santa Bárbara.

Ann dice: "Nuestros éxitos habrían sido imposibles sin el trabajo y la dedicación de John Van Aken, Jan Winter, George Kaufman, Ann Greaney, Ann Marie Cameron, Nancy Johnson, Shirl Casier".

Ann tenía la sorprendente combinación de pasión y habilidad, dada su carrera en enfermería y formación en salud mental, combinada con la experiencia personal de tener un hijo afectado por una enfermedad mental. "Todas estas organizaciones se estaban formando y yo sabía que tenía que participar", recuerda.

"En aquella época, nuestras organizaciones eran las únicas que abordaban cuestiones no clínicas relacionadas con la salud mental", señaló Ann. "Las familias tenían miedo de hablar de enfermedades mentales porque había un estigma tremendo". No había ningún lugar al que pudieran acudir muchas de estas personas y Ann da crédito a Myrna McMillan, directora del Departamento de ADMH del condado de Santa Bárbara, por apoyar los programas de NAMI.

Ann está encantada de que las clases de Familia a Familia de NAMI, desarrolladas en 1977 por NAMI Nacional, sigan impartiéndose décadas después. De hecho, las clases están al máximo de su capacidad y Ann dice que está encantada de que el estigma se haya reducido y el tema se haya convertido en una conversación nacional. Da las gracias a George Kaufman, Anne Greaney, Jan Winter y tantos otros que han mantenido y ampliado el programa.

La otra cosa de la que Ann está increíblemente orgullosa es haber animado a Annmarie Cameron a buscar empleo en la Asociación de Salud Mental. Fue en una conferencia estatal donde Ann y John Van Aken conocieron a Annmarie, que la impresionó como "una joven prometedora y con talento".

"En aquel momento no podía imaginar que Annmarie aceptaría el cargo y se quedaría durante tres décadas", dijo Ann. "Me asombra lo que se ha conseguido en los últimos treinta años, y estoy muy agradecida por lo que Annmarie y su equipo siguen haciendo".

Ann afirma que la organización ha enriquecido su vida personal. Ha hecho amigos muy queridos y ha aprendido mucho. Está agradecida de que ahora se hable de las enfermedades mentales y de que por fin se reconozcan como un problema importante y se destinen fondos a la investigación y la atención.

"Es un cambio tremendo y bienvenido", dice Ann. "Cuando me formé como enfermera hace cuarenta años, las personas con enfermedades mentales eran enviadas a manicomios. Ahora esas mismas personas pueden vivir de forma independiente, con medicación y cuidados de apoyo". "Gran parte de ese éxito es resultado directo de la alianza entre NAMI y el Mental Wellness Center".